“Se hace muy pronto lo que se hace muy bien”
La “prisa” que necesitamos no es el crecimiento inicial, es la velocidad de reacción. Se requiere rapidez en la respuesta y en el aprendizaje, flexibilidad en la adaptación a circunstancias en continua mutación, a problemas imprevistos y a ocasiones que se abren cuando – y donde – menos se esperan.
Mejor invertir en modo gradual. Comenzar con una visibilidad no excesiva, con un espacio fácilmente organizable y gradualmente creciente, en el cual se nos permite la posibilidad de equivocarnos sin demasiados riesgos y aprender mientras el diálogo aún está a nuestro alcance. Estar preparados para añadir recursos, y formar personas a medida que la experiencia nos enseña cómo hacerlo
La “prisa” que necesitamos no es el crecimiento inicial, es la velocidad de reacción. Se requiere rapidez en la respuesta y en el aprendizaje, flexibilidad en la adaptación a circunstancias en continua mutación, a problemas imprevistos y a ocasiones que se abren cuando – y donde – menos se esperan.
Mejor invertir en modo gradual. Comenzar con una visibilidad no excesiva, con un espacio fácilmente organizable y gradualmente creciente, en el cual se nos permite la posibilidad de equivocarnos sin demasiados riesgos y aprender mientras el diálogo aún está a nuestro alcance. Estar preparados para añadir recursos, y formar personas a medida que la experiencia nos enseña cómo hacerlo
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