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martes, 13 de agosto de 2013

LOS CAMINOS DE LA UIPE




Uno de los mayores problemas actuales con relación a la formación de la profesión estética es sin duda, el intrusismo profesional que recibe la profesión.
Y es que el problema del intrusismo que recibimos en Estética parte de esta errónea  afirmación:

"De estética sabe cualquiera"

Por culpa de esto nos encontramos  no solo con esteticistas que sin serlo ejercen como tales, también con profesores sin titulación de ningún tipo que se dedican a llevar las riendas de programas formativos, ya sea en centros privados, casas comerciales,  pseudoprofesores, o lo que es peor en centros públicos y universidades.
Todos los profesionales de la enseñanza deberíamos hacer ver que los títulos (expertos, diplomados, técnicos, etc), deben ser  enseñanzas correctamente certificadas y avaladas, deben ser  además realizadas con profesorado multidisciplinario pero igualmente certificado y avalado, porque efectivamente todos hemos llegado a la conclusión que la Estética es multidisciplinaria , muy técnica y muy seria, así lo  veremos en las próximas conclusiones del Libro Blanco.


Que los que muchos llaman la Estética del siglo XXI  es algo distinto a la del siglo XX es un hecho claro. La Estética profesional se ha enriquecido asombrosamente en las dos últimas décadas  y no precisamente por haber usurpado roles que no la correspondían , simplemente por la propia evolución de las materias que la esteticista desde siempre ha liderado y que ahora reivindica como suyo , dentro de su estatuto profesional.

Sin embargo la seriedad y bondad de la profesión viene empañada con aquello de … “ De estética sabe cualquiera “,  que desgraciadamente  incluso se favorece por algunos gobiernos poco exigentes con la realidad profesional  y con las garantías que el consumidor exige . En este sentido será de esperar  una campaña en el ámbito institucional e internacional en las que se haga ver que no todo el mundo que trabaja en estética  es profesional de la estética, y que para llevar una actividad sin riesgos y de calidad,  es necesario una preparación adecuada, teniendo los conocimientos para trabajar sin esos riesgos y con los mejores resultados.

“Que voy a enseñar si no sé lo que tengo que enseñar”

¿Qué plan de contenidos?
¿Qué programa de enseñanza?

¿Qué conocimientos técnicos avalan al profesor?
¿Se está  realmente capacitado para enseñar?
¿Sabemos que actos estéticos podemos o no podemos realizar ?

Los centros de formación son los primeros que deben dar ejemplo y no permitir  formaciones Light , descafeinadas , comerciales, etc. para poder ejercer como profesional de la Estética.

Estamos en pleno siglo XXI, y tenemos muy buenos profesionales titulados con gran experiencia que están preparados para poder llevar adelante este importante reto de enseñar formas distinta de abordar esa estética multidisciplinaria que el profesional exige porque así se lo pide el consumidor y su estatuto profesional. Desde la UIPE se está recogiendo todas estas inquietudes que deberán ordenarse para lograr una Estética profesional de calidad, sin intrusismos y valorada por la sociedad al mejor de los extremos.

Mientras tanto muchos compañer@s  en la UIPE hablamos de la “dignidad de la estética” , pero seguro que en nuestro interior todos tenemos la inseguridad de donde nos llevará tanta ilusión y ganas de conseguirlo , surge desconfianza en este trabajo que nos quiere llevar a un fin tan necesario  para la profesión  y donde muchas veces la desmotivación nos viene desde las propias filas, desde nuestros desconfiados compañeros.

Aún así la UIPE cada vez más fuerte, con más conciencia de nuestros logros y de nuestros fines,  con disciplina seguimos adelante , todos y cada uno aportando en la medida de nuestra posibilidades y sin contraprestaciones, con respeto a nuestro Código Ético y a nuestro colectivo profesional internacional, con conocimiento de la legalidad vigente y también con las ilegalidades vigentes, con valentía y a veces con el mal humor que genera la incomprensión pero nunca con desaliento,  vamos para adelante con la certeza de llegar a nuestro destino y para eso utilizaremos todos los caminos que se nos presenten.



No me resisto a mencionar un maravilloso cuento infantil, de Lewis Carrol, “Alicia en el país de las maravillas”.


- ¿Me podrías indicar, por favor, hacia dónde tengo que ir desde aquí?
- Eso depende de a donde quieras llegar, contestó el gato.
- A mi no me importa demasiado adonde…dijo Alicia.
- En este caso da igual hacia donde vayas, interrumpió el gato.
- …..siempre que llegue a alguna parte, terminó Alicia a modo de explicación.
- ¡Oh! Siempre llegaras a alguna parte -dijo el gato- si caminas lo bastante.