Ante los rigores del mundo moderno, emerge una cultura del bienestar personal, donde salud y belleza se únen en el actual concepto de wellness, cuyo objetivo es lograr el equilibrio cuerpo-mente para poder dar la talla física y psicológica y superar la actual tendencia al sobrepeso, obesidad y sedentarismo. Los cosméticos aportan substancias que protegen, reparan o fortalecen; los gimnasios son santuarios del bienestar; los alimentos velan por nuestro colesterol y combaten la celulitis... Y la tecnología alimentaria da buena cuenta de esta saludable fiebre con productos light, alimentos funcionales y complementos alimenticios.
Ciencia y medicina
La medicina también contribuye a una belleza que mejora la autoestima. En 2003 nos gastamos en medicina estética 895 millones de euros, el doble que en 1999. Proliferan además tratamientos alternativos, como el relleno de arrugas o el rejuvenecimiento facial con láser. Se huye de las grandes transformaciones para acercarse a resultados "más naturales" con intervenciones suaves y cicatrices pequeñas y ocultas.Mientras, el aumento imparable de la esperanza de vida hace que el concepto de salud adquiera nuevos matices. Se trata de vivir el máximo tiempo posible con una calidad de vida digna. Una tendencia en la que cobran protagonismo la terapias anti-envejecimiento, con las que los privilegiados pueden ya acercarse al ansiado mito de la salud eterna y digo mito.
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