No es frecuente encontrarse a una esteticista que en plena
actividad y desarrollo profesional haya pasado a pensar en el día después de su
retiro. La ocupación y preocupación por sacar adelante el centro ocupa la mayor
parte del tiempo de las esteticistas, así que cuando se les pregunta si han
planificado la sucesión , lo normal es que la pregunta les coja de sorpresa,
incluso en el caso de las que han entrado en los últimos cinco años de ejercicio.
Sin embargo , la sucesión del Centro entraña una serie de
implicaciones no solo personales. Cómo se hace el traspaso de la cartera de
clientas o cuál puede ser las condiciones físicas de la esteticista si decide
seguir trabajando en su primera etapa de retiro. Es decir, se trata de una
decisión que está condicionada por varios factores y que afecta a terceras
personas, como son las propias clientes o las empleadas esteticistas que
también trabajan en el centro.
Veamos tres proposiciones adecuadas al nivel de negocio que
se tenga.
1º LA VENTA. Si el Centro es grande o pequeño, siempre está
la posibilidad de una transmisión onerosa del negocio sin más. Aquí la
valoración ha de hacerse además de contemplar todos los bienes inmovilizados ,
la tendencia de facturación.

3º.- TRANSMISION FAMILIAR.- Indudablemente es la llamada
sucesión natural y siempre que se encuentre una receptibilidad por es familiar
en concreto. Receptibilidad y vocación de la heredera son dos variables
fundamentales, hay que tener en cuenta que el propósito es que buscamos la
continuidad del Centro, no se conseguirá si forzamos u obligamos a ejercer la
profesión a quién no le interesa ni tiene vocación.
Los expertos recomiendan desarrollar una estrategia pausada
cuando llega el momento de transmitir el Centro, una de las claves es diseñar
una hoja de ruta o estatuto que marque las diferentes fases dependiendo si el
Centro es pequeño, mediano o unipersonal. A partir de los últimos cinco años la
fundadora debe permaneces en el Centro intentando tutelar todo el proceso,
pasando el testigo a su sucesora o sucesoras.
Hay que considerar , en relación a la problemática del traspaso
de clientela , que todo Centro tiene un fondo de comercio, cartera de clientes
susceptible de generar facturación
, que es el principal activo por encima de la marca y por encima del equipo profesional o personal que , muchas
veces, en contradicción con lo anterior mente dicho, en una operación de relevo
, más que sumar lo que hace es restar valor por quizás malos hábitos y poca
productividad.
En los casos en que la fundadora se jubila y sigue
trabajando como esteticista después de haber
traspasado el Centro, existen
varios escenarios:
1º.- En el supuesto que la fundadora se jubile y cobre una
pensión, en principio no debería recibir rentas en concepto de trabajo o como
profesional, sería entonces en otros conceptos dependiendo de la regulación
tributaria del país en cuestión, serían rentas de capital.
2º Otra opción es acogerse a la jubilación parcial, es decir
no cobra el 100% de la pensión y eso permite la percepción de rentas de trabajo
o como profesional.
3º.- En caso de no recibir pensión pública de ningún tipo
indudablemente no plantea problema, aunque reciba pensión privada de alguna
mutualidad por ejemplo, podrá seguir recibiendo emolumentos.
En resumen el plan de sucesión:
·
Se trata de un proceso largo y flexible que se
debe planificar con tiempo.
·
Hay que identificar a los posibles compradores y
/o elegir a la sucesora si se trata de un Centro familiar.
·
Cambiar la forma de dirigir el Centro,
despersonalizar la actividad, para que las clientas se vayan acostumbrando a
ser atendidas por otras compañeras.
·
Ayudar y preparar a la sucesora o futuras
socias.
·
La fundadora del Centro que se jubila debe
pensar en si misma para retirarse un retiro cómodo. Todo negocio tiene un valor
en el mercado.
·
Se deben contemplar las posibles situaciones de
muerte o invalidez.
·
Hay que saber comunicar el plan de sucesión.
·
El plan de sucesión debe hacerse por escrito.
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