
Como en cualquier asociación profesional, en la Uipe
contamos con “una minoria activa” y una “mayoría silenciosa”. Como en los partidos políticos, también en las asociaciones surge la llamada “persistencia en el puesto por parte de
los lideres”.
Ese apego que muchas personas tienen a ciertos puestos de cierta
responsabilidad y en general popularidad. Eso lo vemos sobre todo en nuestras
respectivas naciones con esos políticos profesionales que se enganchan a la
poltrona siendo muchos un lastre tanto para sus respectivos partidos como para
la sociedad. Para evitar esas reacciones enquistadas algunas asociaciones
desarrollan los códigos de ética .
En el contexto de poder se puede considerar
que la ética representa una restricción importante al poder político o al
cargo. Debemos darnos cuenta que hay que respetar primordialmente unos
intereses asociativos. El principal interés es el “incremento de la
efectividad” y el mantenimiento de la “integridad” y el prestigio de la
profesión o de los profesionales que representamos. Promover la profesión
Estética y mantener la honorabilidad de las profesionales y los profesionales
de la Estética, y por supuesto sus intereses legítimos. Este es el enfoque
pragmático y no hay más.
El que entra a formar parte de ese elenco
representativo debe aceptar ya las reglas del juego. Alejarse de los interese
personales y sacrificar una parte de su tiempo al servicio del colectivo
profesional que representamos. Marcar una diferencia, adecuar la conducta al cargo que representamos y tomar
decisiones a veces dolorosas pero ejemplarizantes y necesarios para poder
avanzar con rectitud. Es sabido que una profesión está gobernada por una
oligarquía y representada por una democracia. No lo creo. Nunca he creído que
las oligarquías sean
estructuralmente eficientes a largo plazo. Sobre todo en un proyecto tan
ambicioso como el que la UIPE persigue. Es difícil el proyecto, pero no imposible y lo conseguiremos.
La
Esteticista actual no es la de tiempos pasados. Sin embargo tiene dificultad al
integrarse en los movimientos reivindicativos, corporativos, asociativos o como
nos queramos llamar. También sabemos que hay que luchar contra esta pereza
quizás debida a malas experiencias con asociaciones nacionales.
En la UIPE no
vamos a dar malos ejemplos. Ha sido un año duro de criticas, algunas acertadas
, otras desacertadas y unas pocas injustas pero todas respetadas.
La presidenta
de la UIPE como cualquier cargo directivo debemos tener un gran prestigio pero no gozar de un excesivo
poder, para eso está la Junta Directiva en pleno y la Asamblea General que es donde
reside la verdadera soberanía. Y en general un estricto respeto a las leyes
internacionales, nuestros estatutos y el código deontológico. La posición está
clara. Es el único camino. Para conseguir los objetivos dignos y decentes que
nos hemos impuesto como meta, necesariamente tenemos que tener una asociación
decente. Decencia y Eficiencia. Dentro y fuera de la UIPE.
Los cargos
directivos, ejecutivos y lideres han mantenido un nivel de libertad y autonomía
, sólo condicionado por las normas propias establecidas. El código de ética
establece el respeto. Sin respeto no hay ética, se produce el aislamiento,
nacen las posturas egocentristas indeseables que a la larga destruyen la
confianza de los afiliados y a la propia asociación. Respeto y Libertad. Sin
respeto no hay libertad hay libertinaje y despotismo.
El pertenecer a una asociación no es un
deber del profesional, es algo superior, es un derecho y por lo tanto el
derecho de asociación y las conductas deben ser claras y adecuadas a la ética
profesional. Debe haber una buena relación entre el derecho de asociación y la
conducta posterior del asociado. La Asociación ha de reservarse el poder de suspender al afiliado que
incumpla o más extremamente expulsar si no adecua su conducta a los fines
asociativos o viola los principios de la ética profesional, independientemente
de justificaciones propias.
La UIPE es una asociación de derecho
principalmente, de respeto, donde el profesional ha de sentirse cómodo , confiado
y gratificado de pertenecer a una asociación de asociaciones de prestigio. La
consistencia de una asociación se mide según sea de fuerte y segura sus
principios estructurales. La profesión de esteticista sigue siendo la profesión
por antonomasia, no solamente debe ser una profesión marcadamente prestigiosa
también ser una profesión corporativa e internacionalizada.
Desde aqui agradezco a los compañeros de la directiva que ahora dejan paso a otros. Con sinceridad os felicito, os animo a seguir colaborando y a participar de los éxitos que con seguridad conseguiremos entre todos en los próximos años. Gracias a todos.