Es evidente que los
conflictos de intereses siempre se han dado en este singular y amplio mundo profesional de la
Estética, donde concurren profesionales de muy diversas procedencias.
El que cualquier colectivo profesional defienda sus intereses es de lo más natural pero que se arrogue de tener las
competencias exclusivas eso ha sido siempre difícil de defender. Es más, mi experiencia me dice que los nervios de todos en defenderse hace decir "maldades" que terminan desconcertando al paciente de la técnica en cuestión, creando desconfianza y ahuyentando.

Que se le acuse al
odontólogo su desviación "interesada" a la Estética y que debe dedicarse a "sacar
muelas", o que se le acuse de "falta de honradez"….pues no !, no es un argumento
correcto ni ético , porque también entonces hay que reconocer que las especialidades médicas en origen
tampoco estaban dirigidas a buscar satisfacciones cosméticas y si de
atención primaria y salud.
Uno de los protagonistas de este conflicto se llama botox. Aunque el botox no está indicado para la zona peribucal en arrugas, últimamente hay una tendencia a su uso dental, ya que se
está aplicando para relajar los músculos y así evitar el bruxismo o “rechinamiento”
y desgaste de los dientes.
El bruxismo conlleva dolencias en la masticación,
dolor facial, desgaste de los dientes, migrañas, hipertonia de los musculos de
la masticación. Como sabemos para tratar el bruxismo se utilizan las conocidas férulas
nocturnas que tratan de proteger los dientes además de prescribir determinados
medicamentos para relajar el músculo. Aún así parece ser que no es una solución
completa ya que no ataca al verdadero problema que es la actividad muscular
excesiva y la espasticidad ( rigidez de los musculos) por lo que el botox es
una solución muy eficaz.
La crisis hace que los odontólogos “saquen
punta” a la Ley
10/1986 de 17 de Marzo sobre odontólogos y otros profesionales relacionados con
la salud dental. Dicha Ley en su art. 1º 2 dice claramente que los
Odontólogos tienen capacidad profesional para realizar el conjunto de
actividades de prevención, diagnóstico y de tratamiento relativas a las
anomalías y enfermedades de los dientes, de la boca, de los maxilares y de los
tejidos anejos.
Por
lo tanto nada obsta para que legalmente los odontólogos puedan realizar infiltraciones de
labios y mejillas, en cuanto paredes anatómicas de la boca.
Sin embargo opino igual que el Consejo de Odontólogos de Brasil cuando dice que de acuerdo con el código de ética el dentista no puede ofrecer un tratamiento que desconoce sino se forma adecuadamente.